viernes, 15 de junio de 2007

RIESGOS AMBIENTALES AFECTAN LA SALUD

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publica hoy el primer análisis por países realizado hasta la fecha sobre el impacto que los factores ambientales tienen en la salud.

Aunque los datos ponen de manifiesto la existencia de enormes desigualdades, también demuestran que en todos los países es posible mejorar la salud de la población reduciendo riesgos ambientales como la contaminación, los peligros en el lugar de trabajo, la radiación ultravioleta, el ruido, los riesgos relacionados con la agricultura, el cambio climático y la transformación de los ecosistemas.

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Según se desprende de los nuevos datos arrojados por este análisis, se podrían prevenir cada año a nivel mundial 13 millones de defunciones mediante la introducción de mejoras en materia de salubridad ambiental.

En algunos países, estas últimas permitirían prevenir más de una tercera parte de la carga de morbilidad.

Entre los países más afectados destacan Angola, Burkina Faso y Malí, así como el Afganistán.

En 23 países del mundo, más del 10% de las defunciones se deben a tan sólo dos factores de riesgo ambientales, a saber: la insalubridad del agua, incluidas las malas condiciones de saneamiento y la falta de higiene; y la contaminación del aire en espacios cerrados debido a la utilización de combustibles sólidos para cocinar.

En términos mundiales, las principales víctimas son los niños menores de cinco años, que representan un 74% de las defunciones atribuibles a enfermedades diarreicas e infecciones de las vías respiratorias inferiores.

Los países de ingresos bajos son los más afectados por los factores de salud ambiental: en ellos la pérdida de años de vida sana por persona viene a ser unas 20 veces superior a la correspondiente a los países de ingresos altos. No obstante, los datos también revelan que ningún país es inmune al impacto ambiental en la salud.

Incluso en los países que disfrutan de condiciones ambientales más favorables, se podría prevenir cerca de una sexta parte de la carga de morbilidad; asimismo, cabría reducir notablemente las enfermedades cardiovasculares y los traumatismos causados por accidentes de tráfico, mediante la ejecución de intervenciones ambientales eficaces.

«Estas estimaciones por países son un primer paso dentro de una serie de medidas destinadas a ayudar a las instancias decisorias nacionales encargadas de la salud y del medio ambiente a establecer prioridades en su labor de prevención», ha declarado Susanne Weber-Mosdorf, Subdirectora General de la OMS para Desarrollo Sostenible y Ambientes Saludables.

«Es importante cuantificar la carga de morbilidad atribuible a los ambientes no saludables. Esta información es fundamental para ayudar a los países a seleccionar las intervenciones apropiadas.»

Los perfiles nacionales proporcionan una estimación preliminar de los impactos sanitarios causados por riesgos ambientales.

Los países pueden utilizar esas cifras para afinar sus propias estimaciones.
Estos datos, pese a presentar ciertas incertidumbres, indican la existencia de oportunidades para la adopción de medidas focalizadas de prevención de enfermedades.

A los fines de este análisis, los factores ambientales incluyen la contaminación, los factores ocupacionales, la radiación ultravioleta, el ruido, los métodos agropecuarios, el cambio climático, la transformación de los ecosistemas, las zonas edificadas y el comportamiento de las personas.

Los datos demuestran que ciertas intervenciones domésticas podrían reducir sobremanera las tasas de mortalidad. La utilización de combustibles menos contaminantes, como el gas o la electricidad, el empleo de enseres de cocina más seguros, la mejora de los sistemas de ventilación o la modificación del comportamiento de las personas (por ejemplo, mantener a los niños alejados del humo) podrían repercutir considerablemente en las enfermedades e infecciones respiratorias, en particular entre las mujeres y los niños.

Las intervenciones aplicables a nivel comunitario o nacional incluyen la promoción del tratamiento y el almacenamiento seguro del agua para uso doméstico y la introducción de políticas de energía que promuevan el desarrollo y la salud.

Así por ejemplo, la reducción de los niveles de contaminación del aire (medidos en PM10) con arreglo a lo recomendado en las Directrices sobre la calidad del aire de la OMS permitiría salvar unas 865 000 vidas al año.

Para más información, los periodistas pueden ponerse en contacto con:
Nada OsseiranResponsable de Promoción y ComunicacionesSalud Pública y Medio AmbienteOMS, Ginebra

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