Ecuador declara a Galápagos en riesgo
Ecuador declaró a las islas como parque nacional en 1959.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, declaró en emergencia y prioridad nacional a las Islas Galápagos por lo que calificó de crisis institucional y de su ecosistema.
Las islas, que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), albergan docenas de especies de flora y fauna en peligro de extinción. Están ubicadas a unos 1.000 kilómetros de las costas de Ecuador.
"Galápagos es un tesoro para la humanidad y por eso hemos preparado este decreto para ordenar la institucionalidad de las islas", dijo Correa.
Representantes de la UNESCO visitan el archipiélago a raíz de un incidente en el que varios guardaparques de la reserva ecológica fueron atacados el mes pasado por miembros de las fuerzas armadas ecuatorianas que alegadamente pescaban ilegalmente en una zona restringida.
Los expertos de la UNESCO señalan que el crecimiento poblacional y el resurgimiento de actividades ilegales, como la pesca y el turismo indiscriminado, son parte de los problemas administrativos y operativos que ponen en riesgo el delicado ecosistema de las islas.
Repercusión negativa
Opine: ¿cuál es la prioridad, la conservación o la subsistencia?
El piquero de patas azules es una especie endémica de las Islas Galápagos.
Según ambientalistas, la población humana en Galápagos se ha duplicado desde la década de 1980, lo que ha repercutido negativamente el medioambiente.
A la UNESCO le preocupa que Ecuador carezca de mecanismos para asegurar la conservación de las especies que habitan el archipiélago.
Tras firmar el decreto que declara a las islas en emergencia, el presidente Correa señaló que "para asumir nuestra responsabilidad no necesitamos dictámenes de institución internacional alguna".
"Nosotros mismos estamos declarando a Galápagos en riesgo por los años de postergación y negligencia en su manejo".
Sobrepoblación
BBC Mundo conversó con Santiago Bejarano, ex guía naturalista y residente temporal de las islas por más de 12 años, y reconoce que la situación que se vive en Galápagos es compleja.
Los animales no temen al turista, pero a la larga se ven perjudicados por el impacto ambiental.
"En Galápagos hay intereses políticos, turísticos, de conservación y territoriales con la Armada; entonces todo entra en conflicto".
La creación de una ley especial para las islas, en las que únicamente se permite trabajar a quien resida en el archipiélago, provocó, según Bejarano, un aumento desmedido en la inmigración; es decir, el efecto contrario al espíritu original de la norma.
"Cuando yo fui a Galápagos en 1992, había una población de 8.000 habitantes, actualmente hay como 28.000", comenta.
"Esta ley atrajo a más residentes de una forma ilegal, han pasado los controles y se han hecho residentes permanentes", añade.
"Un parche"
El aumento de población ocurre debido al crecimiento de la demanda turística, pero también genera todo un círculo de utilización de recursos con gran repercusión en las islas.
"Los alcaldes de los sitios poblados quieren atraer ingresos económicos a sus localidades y han permitido el ingreso de barcos con capacidad para 500 visitantes".
Por eso Bejarano cree que la solución es la limitación del turismo masivo y la educación sobre el verdadero valor de las islas.
Mientras, considera que la firma del decreto de emergencia por parte del gobierno será una solución temporal, más no un compromiso a largo plazo.
"Se va a poner un parche, pero no se va a solucionar la complejidad del asunto", en opinión de Bejarano.
miércoles, 11 de abril de 2007
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