domingo, 20 de mayo de 2007

LA LECHE UN PROTECTOR CARDIOVASCULAR

Un dieta rica en leche no sólo no incrementa el riesgo cardiovascular sino que incluso parece ejercer un efecto protector, según concluye una investigación publicada en el "Journal of Epidemiology and Community Health".
La investigación consistió en pesar a 764 varones y a registrar toda la comida y bebida consumida durante 7 días consecutivos. Alrededor del 90% de los participantes (665) proporcionaron diarios completos y detallados al respecto.
La edad de los participantes era de 45 a 59 años y habían tomado parte en el Caerphilly Cohort Study, entre 1979 1983. Todos ellos fueron sometidos a exhaustivos chequeos, incluyendo ECG al inicio del estudio y cada 5 años durante dos décadas.
Durante el período de seguimiento, 54 experimentaron un ictus y 139 desarrollaron cardiopatía isquémica sintomática. Un total de 225 fallecieron.
Al principio de la investigación prácticamente toda la leche que consumían era entera, pero una muestra aleatoria de los supervivientes en el año 2000 reveló que casi todos tomaban entonces leche desnatada o semidesnatada desde los últimos 8 años.
Los resultados muestran que aquellos varones que consumen leche todos los días (medio litro o más) son más activos debido a su mayor ingesta energética. Las medidas de colesterol y presión arterial fueron similares entre los que consumían mucha o poca leche, si bien estos últimos tendían a consumir más alcohol.
Los que consumían mucha lecha presentaron un menor riesgo de cardiopatía isquémica e ictus que los que consumían menos, y en el caso del accidente cerebrovascular, el riesgo fue significativamente mucho menor.
A juicio de los autores, la leche a ido adquiriendo "mala prensa" por su impacto sobre el colesterol, y se ha llegado incluso a afirmar que su elevado consumo incrementa el riesgo cardiovascular, algo que es completamente erróneo a tenor de los resultados del presente estudio. "Deberían hacerse mayores esfuerzos para que vuelva a ocupar su lugar correcto en la dieta", concluyen. Journal of Epidemiology and Community Health 2005;59:502-505

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